#Investigación
La Cámara Nacional de la Industria del Hierro y del Acero (CANACERO) dio a conocer que el robo de varilla, rollos y alambre se duplicó de 2022 a 2023, en México.
Durante la conferencia de prensa realizada en el marco de la 76 asamblea de la CANACERO, los industriales afirmaron que los robos ascendieron a 150 millones de pesos equivalente a 9124 toneladas de productos, de los cuales sólo se ha recuperado el 25%, es decir 2383 toneladas, lo que representa una pérdida millonaria para el crecimiento del mercado.
La mayoría de esos robos se han presentado en diversas carreteras de la República Mexicana, así como durante su traslado por la vía ferroviaria primordialmente en estados como Guanajuato, que ha reportado un 20% de los hurtos; Nuevo León, con 13%; Puebla, con 12%, Estado de México, con 11%, y finalmente Jalisco con el 9% de robos.
Los productos más robados son varilla (44%), alambrón (13%) y rollos (16%).
Los hurtos han propiciado que las empresas hayan tomado acciones tales como la creación de divisiones especiales de seguridad, además de una inversión millonaria en puertas, reforzamiento de perímetros y contratación de personal de seguridad.
En opinión del especialista en seguridad de CEOSTRATEGOS, Emmanuel Delgado, las autoridades han abandonado a la industria acerera y sus cadenas de abastecimiento, incluyendo las industrias extractivas, no solo al desarticular estrategias en marcha como las iniciadas en la extinta gendarmería y la extinta Policía Federal, por un lado, no se desarrolla inteligencia desde las áreas de gobierno y por el otro, el despliegue de la guardia nacional es nulo en las carreteras del país.
Esto no es un tema de incapacidad del gobierno federal, lo que ha sido evidente es el desinterés por trabajar de la mano de una industria que representa más de 700 mil empleos directos e indirectos, de acuerdo a cifras del INEGI.
El costo social de que una industria tan importante registre cierres por impactos criminales, la baja de los precios en los mercados internacionales y reducción en la demanda de acero en los mercados de destino sería catastrófica para diversas regiones del país, tal como ya ocurre con los trabajadores de Altos Hornos de México y sus familias.
Un delito cuya dimensión aún no puede estimarse es el de la extorsión a las compañías acereras, sus proveedores y trabajadores, ya que el crimen ahora no sólo se disputa los mercados de droga, se disputa también, el control de las regiones dónde se extrae, produce y procesa acero, finalizó el especialista.