Un 4 de diciembre, pero del siglo III, nació en Nicomedia, Turquía la mártir Santa Bárbara, patrona de los mineros y artilleros.
Su santidad le fue conferida por la Iglesia Católica puesto que a pesar de que su padre la encerró para evitar que se convirtiera al cristianismo, ella fue una devota inquebrantable que se hizo bautizar en secreto. Posteriormente le quisieron obligar a matrimoniarse, pero ella declaró que elegía a Cristo por esposo. A causa de ello fue martirizada horriblemente, y fue su propio padre quien finalmente la decapitó, y al instante un rayo mató al filicida.
Por la presencia del rayo en la leyenda de Santa Bárbara, se le asocia con las profesiones que emplean explosivos, como la minería y la artillería.
Entre los múltiples milagros que se le atribuyen, se encuentra uno que ocurrió en 1448, cuando un hombre envuelto en llamas en Gorka, Holanda, apeló al cobijo de Santa Bárbara de Nicomedia, y logró salvar el pellejo.
México tiene un municipio llamado Santa Bárbara, ubicado en Chihuahua, cuya fundación data de 1567, y se debió a la minería, actividad que sigue predominando hasta la fecha en la región.
Fuente: Mundo Minero
